1- Los países del mundo están reformando su
educación pública por dos razones: la economía y la cultura. Las problemáticas de
esta reforma, son que están intentando acercarse al futuro siguiendo el mismo
proceso que hacían en el pasado y a base de esto, están alineando a millones de
niños que no ven ninguna utilidad de no asistir a la escuela. Intentan que las
personas crean en la premisa de que “lo mejor es tener un buen título universitario
para poder conseguir un buen trabajo”, tal y como lo hacían en la vieja
escuela, pero los niños de hoy no creen en eso. Ya no nos garantiza que sea así.
En el camino hacia esta reforma, los niños dejan atrás la mayoría de las cosas
que ellos consideran importantes acerca de ellos mismos, como su capacidad para
realizar las cosas.
En el contexto argentino, esto se vislumbra
como una problemática, ya que la sociedad esta creída que con un buen título
universitario se consigue el mejor trabajo, (no menospreciamos la idea de estar
titulados, al contrario, es mejor estarlo) pero esto no nos garantiza que
tengamos un “buen trabajo”. Hay personas que se han recibido, como por ejemplo,
de veterinarios y terminan trabajando en una tienda de ropa, nada relacionado
con su profesión. En este caso no es la educación el problema, sino el bajo
índice de empleos. Deberían de dejar de tener esa idea de “debo estudiar para
tener un buen trabajo” y comenzar a pensar en “debo estudiar para hacer lo que
más me guste y estar conforme con lo que soy, sin dejar atrás lo importante de
mi”, ya que vemos a muchos estudiantes “obligados” a estudiar una carrera que
tal vez no les gusta pero que necesitan el título para ser “aceptados”.
2- Antes de la mitad del siglo XIX, la idea
de una educación pública fue revolucionaria. Mucha gente se opuso a esto y
pensaron que no era posible que niños pobres se beneficiaran con la educación y
que esta idea sería una pérdida de tiempo. Por lo tanto esta situación trajo
sus consecuencias. Se comenzaron a realizar suposiciones sobre la clase social
y la capacidad de las personas. La auténtica inteligencia consistía en la capacidad
académica de cada persona y esta idea estaba relacionada con la educación pública.
Se catalogaba a las personas como académicas y no académicas y la consecuencia
de esto fue que mucha gente brillante se creyó que no lo era por haber sido
evaluados por este concepto de “capacidad académica” y haber demostrado lo
contrario, por lo tanto se conformaban con lo que eran y dejaban de lado lo que
querían. Este concepto, apoyado en los pilares de la economía y lo intelectual,
causo caos en la vida de mucha gente.
3- Nuestros niños están viviendo en el
periodo más estimulante de la historia, reciben información de todos los
medios: celulares, IPhones, publicidades y cientos de canales de televisión, y
están siendo penalizados por distraerse de cosas aburridas.
En nuestra opinión, la solución a este
problema está en manos de los docentes quienes deben buscar la manera de
responder positivamente a estos estímulos que los niños reciben, en lugar de
enviar a niños que se distraen con facilidad a diferentes especialistas médicos.
El rol de docente debe ser el de adaptarse a
esta nueva generación de jóvenes rodeados por diversas tecnologías e intentar
incluir en todas las clases algo que los haga interesarse, por ejemplo, relacionar
el tema del día con una serie de televisión popular.
4- En la imagen podemos observar dos
instancias de pensamiento divergente por parte del niño. En primera instancia,
el niño propone un dibujo diferente, ante el cual la maestra objeta diciendo
que la chimenea está torcida. Ante esta situación podemos observar una segunda
instancia de pensamiento divergente, ya que el niño, en lugar de borrar y
volver a dibujar una chimenea en otra posición, el tuerce la hoja de manera que
la chimenea quede derecha. Estas son ideas originales del niño, las cuales, los
docentes que no admiten el pensamiento divergente, no son aceptadas y creen que
los niños son los que están equivocados e intentan “moldearlos” a su manera.
Barrionuevo Macarena, Cabrera Melaníe, Godoy Victoria,
Mascaró Exequiel.
Buena recuperación conceptual!
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